La alimentación es la base de nuestro organismo, sin ingerir alimentos nuestro cuerpo no podría realizar funciones básicas, que van desde la replicación de nuestras células hasta funciones motrices importantes. Y es que de los alimentos es de donde obtenemos nutrientes fundamentales para nuestro desarrollo, por eso es tan importante que cuides lo que comes.
Una consecuencia tangible de una buena alimentación sin duda es mejorar la apariencia física, tener una piel más radiante e hidratada, un tono muscular mejor, y múltiples beneficios que se podrían notar fácilmente, pero ¿Qué pasa con los beneficios que no se logran percibir a simple vista?
Tener un sistema inmune fortalecido sin duda es uno de ellos, es algo que no se nota, pero se siente, tienes mas fuerza, más vitalidad, te enfermas menos, etc.
De acuerdo con la Dra. Yufang Lin, del Center for Integrative Medicine en Cleveland Clinic. “El 80% del sistema inmunológico está en el intestino, así que cuando está sano, solemos ser capaces de combatir las infecciones más rápido y mejor, cuando no lo está, nuestro sistema inmunológico es más débil y menos capaz de combatir una infección”. Y gran parte de tenerlo saludable es cuidando nuestra alimentación, evitando causar, lo que conocemos como “disbiosis intestinal” (alteración) por medio de alimentos irritantes o grasos.
Es indispensable que de manera diaria adiciones a tu dieta, ciertas actividades y alimentos que contribuyan a mejorar y fortalecer tu sistema inmune:
- Tener una alimentación balanceada. Lo que se recomienda es que te centres en un estilo de alimentación mediterráneo, lo que significa incluir frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables, ya que tienen un alto contenido en nutrientes como la vitamina C, zinc y otros antioxidantes que, según se ha demostrado, ayudan a reducir la inflamación y a combatir las infecciones. También es importante limitar la carne, en especial los alimentos procesados y fritos, que son los que más contribuyen a la inflamación.
- Realizar ejercicio. Tener una actividad constante por al menos 30 min al día,es una manera poderosa de estimular el sistema inmunológico. El ejercicio hace que los anticuerpos y los glóbulos blancos del cuerpo circulen con mayor rapidez, lo que significa que pueden detectar y concentrarse en los virus más rápidamente. Mantenerte activo de esta manera también disminuye las hormonas del estrés, lo que reduce las posibilidades de enfermarte.

- Mantener un descanso continuo. El sueño reinicia el sistema además de ser otro refuerzo natural del sistema inmunológico. El sistema inmunológico es como una computadora, necesita momentos de descanso para no saturarse y calentarse. Cuando tus horas de descanso son insuficientes, el cuerpo produce hormonas de estrés (cortisol) para mantenerte despierto y alerta, lo que puede suprimir tu sistema inmunológico. De acuerdo con un estudio (en inglés) del 2015 publicado en la revista Sleep, se encontró que las personas que dormían al menos siete horas por noche, eran cuatro veces menos propensas a contraer un resfriado que aquellos que dormían menos de seis.
- Adicionar suplementos como vitaminas y probióticos. No hay ninguna hierba ni vitamina mágica que puedas consumir para prevenir automáticamente un resfriado, la gripe u otro virus. Pero puedes encontrar grandes aliados como las cepas probióticas BB-12 y L. Casei 431, que han demostrado tener beneficios sobre el sistema inmunológico incrementando las inmunoglobulinas responsables de defender el organismo contra infecciones respiratorias como el resfriado.
De igual manera las vitaminas en general se ha comprobado que juegan un papel importante al blindar el sistema inmunológico, manteniéndolo alerta. Particularmente las vitaminas B6 (piridoxina) y B12 (cobalamina), son indispensables para la formación de las células del sistema inmune (los llamados “glóbulos blancos”). Es por esto que su déficit podría relacionarse con un sistema inmune debilitado.