Como hemos visto en distintas publicaciones, los probióticos son microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud del huésped. Y como se ha mencionado, no todos los probióticos son iguales.
Existen en el mercado una gran diversidad de probióticos que aseguran tener beneficios para la salud, sin embargo, hay que recordar que el beneficio del probiótico se obitene gracias a la cepa específica que contenga el probiótico.
Hoy te queremos platicar de la cepa LGG®.
El Lactobacillus rhamnosus, LGG® es la cepa probiótica más estudiada del mundo.
Ésta fue descubierta por dos científicos llamados Gorbach y Goldin en 1985, después de una extensa investigación sobre los lactobacillus. De ahí la denominación “LGG®”, donde la L hace referencia al lactobacilo y la GG a quienes la descubrieron.
Desde entonces, la cepa LGG® se ha analizado exhaustivamente en diferentes ensayos, tanto a nivel microscopio, animal como a nivel humano.

Esta cepa se describe en más de 1,100 publicaciones científicas de las cuales más de 300 provienen de estudios llevados a cabo en humanos. El LGG® ha demostrado su efecto benéfico para la salud en numerosas áreas, principalmente en el sistema inmune y en la salud gastrointestinal de niños y adultos.
Una peculiaridad de la cepa, es que cuenta con unos pelitos “pilis” que le dan la capacidad a la bacteria a adherirse a la pared intestinal y realizar de mejor forma su función. Su principal es la de función de barrera, lo que evita que bacterias patógenas se puedan instalar en el intestino y causar enfermedades como diarrea, inflamación, entre otras.
