Resetea tu microbiota y equilíbrala
Los miles de bacterias buenas y malas que colonizan los intestinos, en equilibrio conforman una microbiota saludable e incluso evitan el crecimiento de bacterias nocivas, que podrían crear un desequilibrio y provocar daños potenciales, como inflamación del tracto gastrointestinal.
Cuando no tiene equilibrio la microbiota, logra que el sistema inmunológico reaccione de forma exagerada, lo que desencadena problemas psicológicos y neurológicos, de acuerdo con información publicada en The Journal of Neuroscience.
Detox en acción
El desequilibro, mejor conocido como disbiosis, suele provocar enfermedades no únicamente intestinales. Para mantener o restaurar la salud de la microbiota, un detox suele ser un gran aliado, para equilibrar las bacterias que alberga el tracto digestivo:
1. Todo lo que ingresa al intestino primero pasa por la boca, que alberga hasta 700 especies de bacterias. Está compuesta por buenas y malas, éstas últimas son responsables de enfermedades de las encías, que si se desprenden y se dirigen a los intestinos, con los alimentos, pueden crear problemas de salud gastrointestinales. Así que lo ideal es que empieces por cuidar tu salud bucal, con un lavado de dientes tres veces al día, uso de hilo dental para evitar que bacterias queden, entre los dientes y visitar al menos dos veces al año al dentista.
2. Apuesta por el ejercicio en tu vida diaria, ya que un estudio realizado por la Universidad de Illinois, encontró en personas que efectuaban entre 30 a 60 minutos de cardio, tres veces por semana, poseían niveles más altos de microbios que producen butitrato, un aliado que reduce la inflamación y mantiene sanos los intestinos. Para crear estos resultados en tu microbiota, es necesario que realices al menos tres veces por semana, dicho tipo de entrenamiento en forma permanente.
3. Cuando no duermes lo suficiente, se altera tu rimo circadiano y puede provocar problemas digestivos, como hinchazón e inflamación del colón, entre otros. Por ello es importante que duermas entre siete y ocho horas diariamente. Evita largas siestas durante el día, que impiden tu sueño las siete horas por la noche.
4. Enriquece tu dieta con probioticos, microorganismos vivos presentes en alimentos fermentados, que ayudan a incrementar las bacterias benéficas en los intestinos, de acuerdo con World Gastroenterology Organisation. Los encontrarás fácilmente en el yogur natural, queso cottage, chucrut, kimchi, vinagre de manzana y miso o incluso en tabletas o gotas.
5. Por su parte los prebióticos contienen fibras no digeribles, que fermentan el tracto gastrointestinal donde alimentan a las bacterias probióticas, convirtiéndolas en otras sustancias saludables, según información de Mayo Clinic. Búscalos en las alcachofas, puerros, repollo y avena.